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  Rio que aguanta
 

Rio que aguanta

 

 Las enormes dimensiones del Paraná pueden confundirnos y
llevar nos a pensarque este gigante todo lo puede, que nuestro río
puede soportar la descarga de desechos industriales, efluentes cloacales
sin tratamiento, el permanente dragado de su canal, la construcción de
conexiones viales, las represas, la utilización de sus islas
para ganadería y siembra,el tránsito de barcos de porte
descomunal, el saldo de la combustión de las embarcaciones
y hasta la extinción de sus peces.

No obstante, desde hace un par de años, algunas de estas actividades
muestran consecuencias visibles cuya gravedad no ha sido
exactamente medida pero  que sin duda cambian el ambiente.
Indicios como la quema de pastizalesen las  islas para el
pastoreo de 220 mil cabezas de ganado en los humedales del
departamento Victoria (Provincia de Entre Ríos), el
derrumbe de 500 metros cuadrados delpaseo peatonal del parque
España en marzo del 2005 y el oleaje que producen los más de 2 mil
barcos de carga que cada año surcan sus agua frente al puerto de Rosario,
instalan una discusión que esta encadenada y enciende una alerta sobre
varias actividades propias del hombre que cada vez más se recuestan
en las aguas del río acelerando y modificando los procesos
naturales.

Se estima que por la actividad humana se han perdido más del 50% de la
superficie de los humedales en todo el mundo. En nuestra región existen
diversas actividades que están perjudicando los humedales y aumentan
la presión sobre el sistema del Paraná Inferior.

        La contaminación: consecuencia de la quema de pastizales y
el vertido de desechos industriales, efluentes cloacales, residuosy
agroquímicos.

        La sustracción de agua para el consumo y riego.

        La sobrepesca: se quintuplicaron las capturas en los últimos 10 años.

        El dragado: se profundizó el canal a 32 pies.

        La conexión vial Rosario-Victoria: impide el escurrimiento normal
del río en el tramo de ruta sobre las islas y aumento estrepitosamente
el uso de las tierras para el pastoreo de ganado.

        El parque náutico: sólo en Rosario existen 21 mil pequeñas
embarcaciones que descargan en el río desechos y lubricantes.

        Las represas: si bien se ubican en el tramo del Paraná Superior,
modifican el régimen hidrológico y varían el caudal del río.

Casi un tercio de la población del país vive a orillas del Paraná,
hoy usado como canilla y cloaca al mismo tiempo.

Sólo el gran caudal del río y su capacidad de autodepuración
han evitado hasta el momento un desastre ecológico mayor.

No obstante, los efectos de la actividad humana no dejan de
hacerse sentir, sobre todo en las áreas donde es más intensa,
en general frente a los centros urbanos donde es frecuente
observar disminución de la calidad del agua, un alza en la
mortandad de peces, el incremento en la erosión del suelo y
la acumulación de desperdicios.






 



 
 
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